

Primavera y Nutrición, pautas a seguir
Con la llegada de la primavera llega la necesidad de cuidarnos más y eliminar el cansancio invernal. Descubre los mejores consejos sobre nutrición que los nutricionistas de Clinique La Prairie nos ofrecen para revitalizar nuestro organismo y mejorar nuestra salud general.
Tener una dieta basada en plantas ayuda a tener un estilo de vida más saludable y sostenible además de combatir la inflamación, estimular el sistema inmunológico y mejorar el sueño.
Nueces y anacardos para combatir la fatiga invernal
Comer alimentos que contienen muchas grasas saturadas puede hacernos sentir con poca energía. Para un mejor rendimiento cerebral, necesitamos alimentar nuestro cuerpo con grasas de buena calidad que se pueden encontrar en nueces y anacardos, por ejemplo.

Estos nutrientes esenciales ayudan a:
- Reforzar el sistema inmunológico.
- Mejorar la salud cardiovascular.
- Reducir el proceso inflamatorio del organismo.
- Restaurar la función digestiva y mejorar la salud intestinal.
- Aumentar la energía del cuerpo.
Calabaza y boniato (batata) para iluminar la piel
El frío aumenta la acumulación de sebo en nuestra piel y puede provocar granos e irritaciones. Incluir en nuestra dieta aminoácidos cruciales como la glicina, la prolina y la lisina (proteínas vegetales), siempre combinándolos con la vitamina C para crear procolágeno, el mejor estimulante que existe para la piel, nos permite mejorar considerablemente la calidad de nuestra dermis.

Por otro lado, los alimentos de color amarillo y naranja actúan como una fuente natural de betacaroteno. Asimismo, añadir en su dieta alimentos como calabaza, boniato, papaya, albaricoques y zanahorias te permitirá mantener un cutis sano y luminoso.
Para una protección antioxidante en la piel, se puede incluir alimentos ricos en vitamina E, como son los aceites vegetales, almendras y aguacates.
Elimina esa sensación de hinchazón con probióticos, té verde y granada
Un estilo de vida desequilibrado puede afectar profundamente la dinámica de nuestro microbiota, el ecosistema bacteriano vivo que tiene un papel protector y metabólico en nuestro cuerpo y previene la inflamación.

Para restaurar la salud intestinal y combatir esa sensación de hinchazón, alimentos que contengan probióticos y alimentos fermentados como la kombucha, kéfir a base de agua, chucrut, yogur vegetal fermentado y prebióticos como el cacao, té verde y granada, permitirán no solo mejorar el sistema digestivo, sino también mejorar la inmunidad y las capacidades defensivas del organismo.
Cúrcuma y brócoli para estimular el sistema inmunológico
El zinc, el selenio, la vitamina C, los ácidos grasos omega-3, la curcumina y la vitamina D contribuyen a una función normal del sistema inmunológico y activan enzimas cruciales en nuestro mecanismo de defensa inmunológica.

Para combatir las enfermedades en esta época del año, hay que privilegiar alimentos que contengan estos nutrientes cruciales, como son las legumbres, cereales integrales, semillas de chía, semillas de lino, nueces de Brasil, brócoli, cúrcuma y setas silvestres.
Equilibrar los niveles de estrés con fuentes naturales de melatonina
Una de las mejores estrategias para reducir el estrés y controlar la ansiedad es asegurarse de no solo dormir suficientes horas, sino también que esas horas de sueño sean de buena calidad. Mantener una rutina de sueño estricta levantándose a la misma hora y evitando las pantallas de televisión o PC antes de acostarse es primordial para garantizar una buena calidad del sueño.
Sin embargo, el estrés también se puede combatir a través de la nutrición. Los anacardos, semillas de calabaza, edamame, tofu, batata, mango y piña contienen buenas fuentes de triptófano, un aminoácido imprescindible para la síntesis de la melatonina y excelente para mejorar el estado de ánimo y regular los ciclos de sueño.
Entre todos los alimentos que comemos, las fuentes naturales más ricas en melatonina, la “hormona de la noche”, son las nueces y pistachos. Se recomienda comerlas unas horas antes de ir a dormir para notar sus efectos.

Por último, se recomienda evitar el consumo de café después de las 3 de la tarde. La cafeína es una sustancia química que bloquea los receptores de adenosina, el verdadero neuromodulador del sueño, y se necesitan alrededor de 6 horas para deshacerse de la cafeína contenida en un solo espresso.
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